lunes, 3 de noviembre de 2014

C.- UN INCISO A LO DE SOCIEDAD Y DEMOCRACIA




            Varios medios de comunicación post elecciones europeas han escrito y han insistido que esta sociedad de la que he hecho un pequeño aporte al común de los mortales, no son los que me enseñaron en el Preuniversitario de los años sesenta, pues todo aquello que me enseñaron se han destripado, como animalia de los presentes siglos. Hoy a las puertas del siglo XXI, insisto, hay tanto malestar en la sociedad, de la  cual recopilo una serie de pensamientos, silogismos de sentido común que hoy me los han echado por tierra aquellos principios de tradición humanista europea.
             El malestar que postra, inclina a las sociedades democráticas con sus escepticismos, desalientos, rabias, iras e indignación; reconozco, según lo leído, que seguimos en la quimera utópica de Aristóteles, a la que también hago referencia en el apartado B., ut supra.
            Estamos en un mundo quimérico, es decir, irrealizable, impracticable. Pues todas las sociedades humanas con diversas formas de gobierno, siempre están y han estado gobernadas por unas minorías. Son estas minorías las que deciden de una forma directa o indirectamente, y lo realizan sin tapujos el destino de los pueblos. ¿Quién ha explicado que es la democracia? ¿Quién ha explicado el origen y desarrollo de esta Europa nuestra durante las campañas a las europeas? ¿Para qué el euro y qué fin y objetivo pretenden darnos a los 500 millones de habitantes?
            No puede ser unos pocos tergiversen la idea aristotélica del poder del pueblo. ¡Por todos los medios intentan esconder, escamotear, manipularla!  Hoy que se está presentando l sociedad regida por absoluta igualdad política, es de pego, pues estos políticos no son más que representantes de los auténticos poderes fácticos que es el poder del dinero, de una nefasta economía que siempre irá en contra del poder elegido por el pueblo, que debieran defender los intereses del pueblo que los ha puesto al frente para que les defendiera sus pequeñas economías; y lo que hacen  esas economías abrasadoras, que en estos años están siendo desabridas, bruscas, hurañas, depauperantes, desequilibradotas que incendian todo lo que tocan.. Nuestros políticos son oligarcas en manos de los plutócratas más exacerbados que recorre toda la faz de la tierra.
            Nuestros pueblos se empobrecen.
            Los políticos dicen , como un alcalde de estos entornos marbellíes, “ que no me hubieran votado”, expetó a una ciudadana que le recordó, pues estaba junto a él y yo al lado, en su ostentoso despacho paralelo de su Club Financiero.
            Isa le dijo que ella le había votado pocos días antes.
            Gil le respondió nuevamente: “Pues que no lo hubiera hecho, si no estaba conforme con lo que se trataba”.
            Un asunto  sobre colocar en el paseo marítimo unas parábolas antisónicas.
            La pobre Isa se quedó perpleja, no supo reaccionar e irse de la reunión que había convocado a los vecinos del Paseo.
            La conclusión que sacamos los del entorna de Isa que no tuvo vergüenza de dejar ese momento tan desagradable, y, no obstante siguió babeándole y aplaudiendo las bravuconadas que salían de su boca.
            Se acepta todo sin más. Ya en nuestros días, cada día estamos sufriendo porque se granda y se agranda incuestionablemente y nadie pone remedio.
            Tal es la virulencia desencadenada en la sociedad a causa de los señores de los dineros nuestros que la miseria se va fraguando a desniveles que nos hay economista que se dé cuenta de tal situación:  ¡ Nadie pone remedio!
            Pero es hoy, dejemos los tiempos pasados, en día donde nuestra virulencia se muestra sobre aquellos que hemos dado nuestro voto para representarnos que obedezcan las  consignas de las fuerzas económicas desabridas y las apoyen, en vez de defender a nuestro pueblo que por él y nada más que por él pueden estar sentados en sus poltronas.
            Las oligarquías de políticos defiende el poder de los  plutócratas que deciden el destino de nuestros pueblos siempre de forma monstruosa y cínica.
            ¿Son los políticos esclavos de estos u otros plutócratas; trabajan para ellos; legislan para ellos o conforme sus instrucciones; recaudan de alguna forma para ellos…?
¿Dan los pasos que ellos comandan?
¿Todos trabajan al servicio de los poderes económicos y así han ido de pufo en pufo continuado?
En estos tiempos todo esto se tapa, se olvida, se legisla con parsimonia para que todo prescriba. Y de devolver lo defraudado, timado, atracado, robado, sisado, atracado de la caja común, del bien común.  Hoy todo se tapa, y se atasca en los juzgados, y lo hacen y consienten los unos y los otros. Demasiada encubierta sobre la faz de la tierra. Planea sobre la sociedad exceso de ocultismo, pues no se habla con claridad y se dicen las verdades que todo pueblo espera de sus elegidos. ¿No será que el pueblo lleva tiempo y tiempo estigmatizado por las oligarquías partidistas a las que estamos acostumbrados? El pueblo traba, trabaja y sufre toda clase de impuestos… ¿Y para quién lo hace? ¿Lo sabe?
Han conseguido crear una sociedad que ya no se conoce el bienestar, pues se ha instalado una sociedad animalizada, acobardada y pasivamente dependiente de un hipnotismo ideológico y de una depravada servidumbre en todos los aspectos de la vida.
Nadie quiere clarificar la verdad de nuestro vivir en “ sociedad democrática”, pues aquí el que no vive del engaño, de las prevendas, de las subvenciones, de los compadreos, de los amiguismos, de las coincidencias casuales de esto o de aquello…, el otro tiene que aguantar como el resto del pueblo sufriendo el esquilmoteo de unos y otros, que se puede señalar: políticos, oligarcas y plutócratas.
La  reservas se están quedando exhaustas, exánimes extenuadas.
¿Quién entrega el poder del pueblo al capital?
¿Quién hace esas leyes tan nefastas que sólo perjudican al pueblo?
No será que esta democracia se ha rendido su poder político a las fuerzas leoninas, descalabrantes y fingiendo que son su representantes, cuando, en realidad, los prístinos dueños del poder son los pueblos. Dejemos de prometer tantas delicias y palabras huecas y que haya alguien que nos diagnostique la cruda realidad para salir de este atolladero.      
            Dejemos los momentos del verano y otoño de sus correspondientes descalabros de corrupción e insumisión a las a las normas que  nos habíamos dado y acatado en nuestra CONSTITUCIÓN . ( Apartado C  suplemento)