Es una esencia actualizada, concreta, individual y singular; de
naturaleza precisamente intelectual y racional; espiritual sin menoscabo de su
naturaleza orgánica, en virtud de todo lo cual es lo que es: vive, entiende,
discurre, ama, se inserta en la historia como protagonista, es señora de sus
actos con señorío sobre ellos y sobre sí misma y tiene conciencia de todo ello,
gozando de libertad esencial y existencial en la realización y apreciación de
las demás cosas y de sí misma; mezcla de luz y de sombras: la luz que derrama
su inteligencia y las sombras que proyecta su cuerpo; naturaleza aleteada de
ángel en el alma y agusanada de cáncer en el cuerpo; vuelo y peso; confianza y
derrumbamiento; social por naturaleza y egoísta por instinto; lo más perfecto
que encontramos en la naturaleza; religiosa por esencia y desconfiada por
tentaciones; polvo y luz. Cosa sagrada para Dios. Negamos que estas
consideraciones sean mera expresión literaria, sino que traducen lo que la
persona humana es o manifiesta, transcendiendo.
Madrid, invierno del 60 NOCHES COMPLUTENSES DE LA
DÉCADA DE LOS SESENTA
Varios
medios de comunicación post elecciones europeas han escrito y han insistido que
esta sociedad de la que he hecho un pequeño aporte al común de los mortales, no
son los que me enseñaron en el Preuniversitario de los años sesenta, pues todo
aquello que me enseñaron se han destripado, como animalia de los presentes
siglos. Hoy a las puertas del siglo XXI, insisto, hay tanto malestar en la
sociedad, de lacual recopilo una serie
de pensamientos, silogismos de sentido común que hoy me los han echado por
tierra aquellos principios de tradición humanista europea.
El malestar que postra, inclina a las
sociedades democráticas con sus escepticismos, desalientos, rabias, iras e
indignación; reconozco, según lo leído, que seguimos en la quimera utópica de
Aristóteles, a la que también hago referencia en el apartado B., ut supra.
Estamos
en un mundo quimérico, es decir, irrealizable, impracticable. Pues todas las
sociedades humanas con diversas formas de gobierno, siempre están y han estado
gobernadas por unas minorías. Son estas minorías las que deciden de una forma
directa o indirectamente, y lo realizan sin tapujos el destino de los pueblos.
¿Quién ha explicado que es la democracia? ¿Quién ha explicado el origen y
desarrollo de esta Europa nuestra durante las campañas a las europeas? ¿Para
qué el euro y qué fin y objetivo pretenden darnos a los 500 millones de
habitantes?
No
puede ser unos pocos tergiversen la idea aristotélica del poder del pueblo.
¡Por todos los medios intentan esconder, escamotear, manipularla!Hoy que se está presentando l sociedad regida
por absoluta igualdad política, es de pego, pues estos políticos no son más que
representantes de los auténticos poderes fácticos que es el poder del dinero,
de una nefasta economía que siempre irá en contra del poder elegido por el
pueblo, que debieran defender los intereses del pueblo que los ha puesto al
frente para que les defendiera sus pequeñas economías; y lo que hacen esas economías abrasadoras, que en estos años
están siendo desabridas, bruscas, hurañas, depauperantes, desequilibradotas que
incendian todo lo que tocan.. Nuestros políticos son oligarcas en manos de los
plutócratas más exacerbados que recorre toda la faz de la tierra.
Nuestros
pueblos se empobrecen.
Los
políticos dicen , como un alcalde de estos entornos marbellíes, “ que no me
hubieran votado”, expetó a una ciudadana que le recordó, pues estaba junto a él
y yo al lado, en su ostentoso despacho paralelo de su Club Financiero.
Isa
le dijo que ella le había votado pocos días antes.
Gil
le respondió nuevamente: “Pues que no lo hubiera hecho, si no estaba conforme
con lo que se trataba”.
Un
asuntosobre colocar en el paseo
marítimo unas parábolas antisónicas.
La
pobre Isa se quedó perpleja, no supo reaccionar e irse de la reunión que había
convocado a los vecinos del Paseo.
La
conclusión que sacamos los del entorna de Isa que no tuvo vergüenza de dejar
ese momento tan desagradable, y, no obstante siguió babeándole y aplaudiendo
las bravuconadas que salían de su boca.
Se
acepta todo sin más. Ya en nuestros días, cada día estamos sufriendo porque se
granda y se agranda incuestionablemente y nadie pone remedio.
Tal
es la virulencia desencadenada en la sociedad a causa de los señores de los
dineros nuestros que la miseria se va fraguando a desniveles que nos hay
economista que se dé cuenta de tal situación:¡ Nadie pone remedio!
Pero
es hoy, dejemos los tiempos pasados, en día donde nuestra virulencia se muestra
sobre aquellos que hemos dado nuestro voto para representarnos que obedezcan
lasconsignas de las fuerzas económicas
desabridas y las apoyen, en vez de defender a nuestro pueblo que por él y nada
más que por él pueden estar sentados en sus poltronas.
Las
oligarquías de políticos defiende el poder de losplutócratas que deciden el destino de
nuestros pueblos siempre de forma monstruosa y cínica.
¿Son
los políticos esclavos de estos u otros plutócratas; trabajan para ellos;
legislan para ellos o conforme sus instrucciones; recaudan de alguna forma para
ellos…?
¿Dan los pasos
que ellos comandan?
¿Todos
trabajan al servicio de los poderes económicos y así han ido de pufo en pufo
continuado?
En estos
tiempos todo esto se tapa, se olvida, se legisla con parsimonia para que todo
prescriba. Y de devolver lo defraudado, timado, atracado, robado, sisado,
atracado de la caja común, del bien común.Hoy todo se tapa, y se atasca en los juzgados, y lo hacen y consienten
los unos y los otros. Demasiada encubierta sobre la faz de la tierra. Planea
sobre la sociedad exceso de ocultismo, pues no se habla con claridad y se dicen
las verdades que todo pueblo espera de sus elegidos. ¿No será que el pueblo
lleva tiempo y tiempo estigmatizado por las oligarquías partidistas a las que
estamos acostumbrados? El pueblo traba, trabaja y sufre toda clase de
impuestos… ¿Y para quién lo hace? ¿Lo sabe?
Han conseguido
crear una sociedad que ya no se conoce el bienestar, pues se ha instalado una
sociedad animalizada, acobardada y pasivamente dependiente de un hipnotismo
ideológico y de una depravada servidumbre en todos los aspectos de la vida.
Nadie quiere
clarificar la verdad de nuestro vivir en “ sociedad democrática”, pues aquí el
que no vive del engaño, de las prevendas, de las subvenciones, de los
compadreos, de los amiguismos, de las coincidencias casuales de esto o de
aquello…, el otro tiene que aguantar como el resto del pueblo sufriendo el
esquilmoteo de unos y otros, que se puede señalar: políticos, oligarcas y
plutócratas.
Lareservas se están quedando exhaustas,
exánimes extenuadas.
¿Quién entrega
el poder del pueblo al capital?
¿Quién hace
esas leyes tan nefastas que sólo perjudican al pueblo?
No será que esta
democracia se ha rendido su poder político a las fuerzas leoninas,
descalabrantes y fingiendo que son su representantes, cuando, en realidad, los
prístinos dueños del poder son los pueblos. Dejemos de prometer tantas delicias
y palabras huecas y que haya alguien que nos diagnostique la cruda realidad
para salir de este atolladero.
Dejemos
los momentos del verano y otoño de sus correspondientes descalabros de
corrupción e insumisión a las a las normas quenos habíamos dado y acatado en nuestra CONSTITUCIÓN . ( Apartado Csuplemento)
ARISTÓTELES sabía que la mera dependencia
física no basta para fundamentar un todo social.. Como élmismo dice expresamente, es propia del todo
social ciertacomunidad de bienes. Los
hombres al darse cuenta y por el sentido común de que cada uno siente por sí la
misma dependencia del prójimo, y que todos y cada uno seafanan por el mismo objeto final, comprenden
y comprendemos la necesidad de la recíproca prestación de auxilio, ayuda,
asistencia, protección, amparo y apoyo, acogida, compañía… Tal vez sea esto en
lo cual radique ese conato social. Esta recíproca prestación, asistencia,
auxilio de ayuda tienen un primer principio en elcírculo familiar, para satisfacer las
necesidades fundamentales de la vida Ycuanto más se eleven las exigencias, es decir, cuanto más se afana el
hombreel hombre por configurarperfectamente su vida, tanto más he de
necesitar estar vinculado perfectamente: en primer lugar, a nivel local, en la
comunidad local y finalmente en el Estado. Por eso la inclinación social es una
predisposición natural hacia la formación de Estado, en los diversos pueblos.
Aristóteles no ve más que la consecuencia de la razón humana de superar,
mediante la cooperación en comunidad, la limitación física que padece el
individuo aislado.
En esta
interpretación que expone Aristóteles de la inclinación social del hombre, lo
decisivo no es el instinto, sino el conocimiento de la misma orientación final
y de la misma necesidad de ayuda respecto a este fin A causa de este
conocimiento, los hombres fundan la comunidad. Por eso es el hombre el primero
que creó el estado, el iniciador de los bienes comunes pequeños y máximos.
Pero, no
obstante, ya tuvo la visión de que todo esto era una entelequia ontológica,
esto es, en la finalidad óntica, es decir, que sería una utopía. Sehace evidente la relación con la moral en el
supuesto de que la consecución del fin último de la persona humana no se afirma
meramente en el sentido de una finalidad esencial, esto es, no sólo en el
sentido de la entelequia óptica, sino que a la vez está encomendado también por
una autoridad moral. Es precisamente entonces, y no antes, cuando la naturaleza
social empieza a entrar en el ámbito de la finalidad ética.
Ni que
decir que a causa de todo ello, el contenido ético de la naturaleza no es propiamente
visible. No obstante, Tomás de Aquino, con su teoría de la fundamentación de
todas las leyes, y sobre todo el derecho natural en la ley de Dios; (Lex
aeterna), ha dado mayor profundidad, en este aspecto, a la ética aristotélica.
Siguiendo en este punto la doctrina agustiniana de la lex aeterna.
Lo que
impulsa a la creación de la comunidad no es sólo la tendencia, en cierto modo
egoista, de utilizar al prójimo en provecho propio con el intento de alcanzar
el fin último de la propia vida para superar así la limitacióny diferencia de la persona aislada, sino que
es también el impulso que acerca al hombre a su prójimo.
Aristóteles
considera la lengua como el indicio más evidente de este carácter comunicativo,
que se revela no menos claramente en la necesidad que de la amistad siente el
hombre. Consagró toda su atención al estudio de la amistad en sus libroa de
Éteca. Ese gran impulso hacia la amistad, lo que se pone de manifiesto no es el
sentimiento de someter al prójimo al propio servicio, sino más bien la
necesidad de realizar, en comunidad con él, unmismo ideal de vida de amor en común. Por esta razón es justamente la
amistad desinteresada la más valiosa. Y Aristóteles ve en este impulso hacia la
amistadalgo típicamentenatural. La amistad es deseable como máximo
bien, incluso para aquel que posee en cumplida abundancia toda clase de bines y
que, en cierto sentido, se basta a sí mismo.
naturaleza procede de
una manera racional, por tanto, reflexivamente, en la prosecución de los
bienes. Todo ello nos lleva a afirmar que la razón es el don más excelso que la
naturaleza ha concedido al hombre.
El hombre
es consciente de que no sólo necesita la instrucción recibida de su prójimo,
sino que precisa también aliento y estímulo para el bien. La
comunidad de las ideas e idealessupremos, a saber, los del bien y de la justo, son causa de la formación
de la familia y del estado. Precisamente este pensamiento demuestra que
Aristóteles no ve la inclinación social del hombre únicamente como instinto
común de la especie, sino que la arraiga profundamente en el conocimiento
personal, a partir del cual los mismos ideales e ideas fomentan la comunidad.
Ciertamente
todo aquello que es adecuado naturalmente a un ser, es lo que resulta
necesario, pues como dice nuestro Ancestro” la naturaleza no falla en las cosas
necesarias, y jamás hace nada en vano.”
Nosotros
como hombre solitarios no podríamos sobrevivir. No alcanzaríamos las
perfecciones logradas. Es mejor vivir la auténtica sociedad. Cuanto más social,
más perfecto el hombre como persona. Creo yo que llegados a estas alturas del
siglo XXI nadie puede esgrimir que se basta `por sí mismo, sino más que nunca
nos basamos en los demás, los otros, y en la protección divina en la vida de
los humanos.
Esto ya
estaba enraizado en nuestros antepasados Platón y Aristóteles que hablaban y
enseñaban del participación divina directa n la vida de los humanos y no
digamos de nuestros agustines y tomases.
Todos
necesitamos de los amigos, aún alcanzando la bienaventuranza, dice Tomás.
Defiendo la
vida en común-social aún después que el humano haya logrado su perfección;
porquecreo que la vida en común-social
es un estilo de vida indiscutible; ya que el hombre es por naturaleza un animal
político, es decir, social y que nunca ha dejado de ser apto para la vida
social. Es difícil bastarse de las cosas necesarias para la vida. Luego, somos
un tanto indiferentes sin los otros. No obstante, nuestra
Y así, cada uno
debiera impulsar al otro hacia el bien, comunicándole su conocimiento y
vocación en la tarea de alcanzar el máximo bien, a saber. Dios, el Creador; y
como instrumento típico de semejante intercambio espiritual sirve el idioma que
hablamos, que , a su vez, constituye un argumento propio para explicar la naturaleza
social del hombre. En ello estamos si nos implicamos.
Toda esta
doctrina aquiniana incluye al hombre, hasta en lo más remoto de la vida
espiritual, en la sociedad, por lo menosdesde el punto de vista de que la sociedad es el único camino que lleva
al individuo humano a las cumbres últimas: Todas las virtudes están implicadas.
Al elemento
racional corresponde ahora otro que pertenece a la esfera emocionald e la naturaleza humana. Este impulsa al
hombre , incluso espontáneamente, a más reflexión, a practicar la vida social
con otros. La esfera emocional ponesu
propia orientación, hacia la vida común, es decir, la sociedad.Todo fallo por el carácter apacible del hombre,
puesto que un carácter pendenciero no desciende de la naturaleza, sino que se
deriva de una predisposición hereditaria alterada. En el mismo dominio
emocional finalmente, la esencia filantrópica del hombre, esto es, el hecho de
que un hombre considere alotro como
amigo, y también le ayudepor impulso en
cierto modo instintivo, aún conociendo su calidad de extraño, y así mismo
procure apartarlo del camino equivocado y le dispense su auxilio en caso de
infortunio. El que pierde este afecto humano primario desciende a niveles de la
animalia; por consiguiente pierde todo comportamiento emocionalmente humano.
El instinto
social no es más que un signote la auténtica predisposición social, la racional
esto es, de la exigencia racional de asistencia recíproca. Lo que rige no es
más que predisposición natural del hombre hacia el bien. Es una inclinación al
bien en cuanto corresponde a la naturaleza de la razón propia del hombre.
En este
aspecto no parecerá extraño que Aquino asocie la inclinación al conocimiento de
Dios con la predisposición a vivir en sociedad. Precisamente él eleva la
entelequia aristotélica según la cual el hombre necesita por naturaleza la
sociedad para conseguir en fin a un plano típicamente ético. Corresponde a las
ideas de Santo Tomás de Aquino interpretar la razón humana como una
participación de la providenciadivina,
y con ello de la razón imperativa de Dios y mientras que las restantes
entidades del cosmos, son guiadas por Dios, al hombre se le ha otorgado con la
razón la capacidad de regirse a sí mismo como individuo y como persona.
En sentido
ético, existe una ley natural, en contraposición a la ley naturalcon el mundo físico y externo, y del
conocimiento racional del hombre de que no podrá llegar a ser perfecto sin la
sociedad; se transformará en la afirmación de la existencia de una ley eterna,
que obliga a todos los hombres. Y esta ley no sólo posee un carácter moral
personal, sino a la vez social, esto es, un principio de organización para la
multitud a ella sometida. Todos debiéramos inferir, colegirde esta conclusión partiendo de la idea de
que toda ley debería constituirse en BIEN COMÚN.
Por tanto,
debemos buscar la concordia con los con los otros. Esto nos llevará a la
reflexión de que el hombre conlleva unos preceptos constitutivos con lo cual la
ley divina es promulgada para confirmación en la ley natural, todo lo cual nos
lleva a pensar que otras obligaciones adicionales nos están exigiendo, como el
deber de la felicidad, de la benevolencia, de la alegría… pues nadie puede
pasar un solo díacon un triste-pesimista.
¡Ha de haber alegría saturada!
Persona ysociedad,
pues no se puede concebir que una persona no forme parte de una sociedad; por
lógica, no cabe pensar en una sociedad humana que no esté constituida por
personas. Podemos decir que la sociedad está en las raíces mismas del ser y del
obrar del hombre. La sociedad viene a ser como una de las manifestaciones
reales que tienen al hombre como causa adecuada y como origen y fundamento
natural. El hombre, por ser lo que es, constituye y crea, y fundael hecho social y realiza la sociedad; pero
aquí llega que la sociedad en su realidad concreta es capaz también de obrar
sobre el hombre, intentando modificar las estructuras fundamentales de la
persona humana.
Nunca podrá
la sociedad modificar o cambiar esencialmente a la persona humana, pero sí
puede alterar el comportamiento de la persona y modificar algunas de susestructuras. La sociedad ideal y la sociedad
real son creación del hombre, manifestación de las actividades naturales del
hombre; pero la sociedad real, la que está viviendo modifica otras posibles
actividades del hombre hasta el punto de que se puede hablar con verdad de una
integración mutua entre persona y sociedad, sin quepor ello pierda el hombre su condición de
realidad siempre superior y anterior a la sociedad constituida por él, por muy
poderosas, influyentes o seductoras que sean las condiciones de la sociedad.
El hombre
posee valores personales irrenunciables.
El hombre
por el mero hecho de nacer necesita de los otros: siempre encontramos una
relación con los otros; pero que conste, el hombre tiene una intransferible
individualidad personal.
El hombre
nace persona; este carácter no viene dado por otras personas. Los padres son
los condicionantes para que la persona exista.
Su rango de
persona que el hombre concebido y nacido ostenta es una peculariedad de la
razón, de la inteligencia, de la luz interior que el hombre atesora como propia
y que no es transmitida o engendrada por los padres ni por la sociedad.
De aquí,
los derechos y deberes esenciales y fundamentales del hombre, como son su
libertad interior, su deseo de felicidad, su aspiración a la verdad, su
tendencia hacia el bien no pueden ser entorpecidas por nada ni por nadie; pues
están implícitas en la íntima constitución espiritual del hombre y no debe ser
entretenido por nada ni por nadie para seguirlos y alcanzarlos
La
sociabilidad no se ofrece por sí misma al hombre, y el hombre necesita ser
atendido. No obstante, la sociedad es temporalmente previa a la constitución
normal de la persona en cuanto que el individuo no alcanza la normalidadpersonal humana, ni cronológicamente
siquiera, si la sociedad no sale a su encuentro y le incorpora.
El hombre
nace menesteroso.
Esun indigente de algo que se permite seguir
siendo lo que es y desarrollándose. Tiene el alma en su sitio.. El alma
espiritual que, en virtud de su propia entidad, organiza el cuerpo
convirtiéndole en cuerpo del hombre, en cuerpo humano y tiende por difusión de
su propia naturaleza a comunicarse, a darse, a entablar relación de
comunicación.
El espíritu
del hombre necesita con quién hablar, porque le nacen ideas dentro y siente
amorosa necesidad de comunicarse; el cuerpo del hombre necesitaquién le ofrezca el alimento, porque es débil
para procurárselo.
Entre la
indigencia menesterosa del cuerpo y la abundancia comunicativa del espíritu, el
hombre nace abierto a la sociabilidad como expresión real y esencial de su
carácter personal.
El hombre
es el ser que a la vez que alarga la mano para pedir extiende el alma para dar.
La reunión
de personashumanas para conseguir su
unión moral en BIEN COMÚN, que esto es, en definitiva, la SOCIEDAD.
La sociedad
aparece así como una relación de personas, viviendo de la unión entre ellas,
que permiten sin demasiada impropiedad, que la SOCIEDAD sea denominada
PERSONA MORAL.
La sociedad
no es una entidad que relacione a unas personas con otras para conseguir un fin
o alcanzar un bien, sino que son personas que estrechan entre sí una relación
con ese propósito. La sociedad surge como la expresión de esta relación, y es,
a su vez, una entidad que se revela y subsiste en esa relación y por ella.
Entendida
la sociedad como comunidad de personas, como personas en comunidad, la Sociedad está
fundamentada en la persona humana como ser.
El hombre
está hecho para la SOCIEDAD HUMANA,
sin que la preposición “para” subordine, sino querelaciona y fundamenta la posición.
La Sociedad Humana le debe al
hombre el ser humana. Pues es tal, porquees de hombres, y la vocación social viene de cada uno de sí mismo. El
carácter de socio no se le atribuye al hombre por estar en sociedad, sino por
ser, en cuanto persona social. El hombre es socio por ser homo. El hombre
considerado como individuo sin vocación es un ser abstracto, irreal,
desexistencializado, desencializado. <el hombre no es un ser estático, sino
más bien dinámico, de empuje vital, de aliento espiritual. En esta
dinamicidaddel hombre es donde está el
hombre; y las condiciones de su capacidad son las exigencias de su peculiar
naturaleza. El hombre a donde se dirige, como tal, forma entraña con él en él.
La sociedad
es una de las realidades, como también lo son de otro orden de cosas : la
verdad y la bondad, aún más, aquellas realidades sean en sí mismas
trascendentes a su conocimiento, concretamente, al Creador, Dios ySeñor, sin que confundamos con ello los
“trascendentales” del ser con las propiedades o aspiraciones del hombre.
La persona
humana no puede ser trascendida por la sociedad, ya que la sociedadno alcanzaen forma alguna rango superior al que ostentan las personas que la
forman.
El mismo
BIEN COMÚN, mientras no sea opuesto al bien personal, no es más que el bien
personal en cuanto distinto del bien individual. La peculiaridad de la persona
es la que permite hablar de una sociedad personal en la que la conciencia
personal sea la salvaguarda de la
SOCIEDAD misma.
La
moralidad enla quetoda norma y ley social tiene su inspiración
y su juez, es atributo personal y no hallazgo social. La persona. En cuanto ser
de valores, es ser social, siendo la Sociedad campo de los valores y la defensa de los
mismos frente a la posible desintegración individual.
El hombre
no es un fin en sí mismo, sino un fin de sí mismo en la perfección de sí mismo.
Todo lo que pueda alcanzar la inteligencia del hombre pertenece, como realidad
o como aspiración, como ideal o como norma, al hombre. Sin esa realidad o sin
esa aspiración, el hombre pierde la característica por la que se distingue en
los demás entes…En su constitución esencial es pertinente esa aspiración , ese
dinamismo, esa actividad. La persona es, por persona, lo más perfecto en la
naturaleza.
La Sociedad debiera ser una
realidad entrañable al hombre y de la que el hombre necesita, o mejor aún, que
el hombre impone, para ser lo que es, para desarrollar todas sus posibilidades,
para adquirir algo queno es. Es, la Sociedad, una proyección
de la persona; una obra arquitectónica, pero no un proyecto extrapersonal.. El
anteproyecto es el hombre; en el hombre, lo social es una autoproyección.
Vayamos
concluyendo. El hombre es social por ser hombre, imagen y semejanza en sí mismo
no de sí mismo, sino de otro Ser.
La Sociedad debe ser gala de
las personas que la componen y no precisamente con tanto ejemplo de nuestros
días, muestra continuada de la imperfección radical. Tantos desvirtuamientos de
la esencia PERSONA-SOCIEDAD. En elladebiera haber muchos más frutos en los fondos del BIEN COMÚN. No está
sucediendo tales cosas, sino las contrarias. Sucede. Aforamientos,
especulaciones, malversaciones, apropiaciones de la cosa pública, procesos
interminables y nuca recuperan lo que es de todos, banqueros espabilados,
políticos, en estos tiempos, aprovechados de la pela del bien común,
instituciones malparadas.Nada se
respeta con tanto despropósito. Se pondrá respeto a la que es común de todos
los españoles y de las persona en general: aquí y allí, acullá, lejos,
cercano..???
Una
Sociedad en la quelos hombres se
pierdan con tantos abusos al BIEN COMÚN, es una sociedad de hombres perdidos y una
sociedad perdida para los hombres, es una Sociedad perdida para sí misma,
durantemuchas generaciones como la que
contemplamos en estos añosprimeros
delsiglo XXI.
Cuando se
entabla discusión sobre la primacía de las relaciones personales fundamentales
es claro que la familia, como sociedad, es previa a cualquier forma de
communio. La familia aparece no sólo comodinamismo del ser humano en sus relacionesconnaturales, soncomo exigencia existencial del ser humano. Es
una relación necesaria hasta tal punto, que a ella está vinculada la dignidad
personal de los hombres. El hombre al desplegarse socialmente en la familia,
reconoce su condicionamiento existencial.
La
libertad, la conciencia de la libertad, pueda ser quese revele entre los hombres, pero no es
lasociedad la que otorga al hombre ni
la libertad que le es propia, ni la conciencia de su poder. La sociedad no
tiene más fuerza que la que las personas poseen en cuanto seres espirituales
libres, responsables, morales. Todo se centra en el hombre.
Cualquier
argumento quearrastre a la sociedad
disolviendo su realidad moral, acabará por privar también a la persona de su
peculiaridad social.
No debe
olvidar nunca: la sociedad es una manifestación connatural de la persona.
La
naturaleza del hombre le permite con excesiva frecuencia de las diversas
geografías el olvido de la perfección que les es propia. Se permite el engaño
sobre los medios conducentes a esa perfección: Olvido y engaño que se
cifraninstintivamente en la
desconsideración de su carácter personal en aras de su individualidad. El
hombre articula en la sociedad cuando es el hombre el que da sentido a la
sociedad, cuando es el bien de la persona humana el perseguido por el hombre,
en cuanto social, es decir, que los bienes deben beneficiar a todos los
hombres. SERÍA, ES ABSURDO QUE LOS BIENES COMUNES NO SEANBIENES PERSONALES. La Sociedad debe COORDINAR Y
HACER FRUCTIFICAR ESOS BIENES COMUNES. Cuando la Sociedad usa del tesoro
de bienes como de una propiedad con los que cumple fines no personales, está
traicionando su propia esencia, DESINTREGRÁNDOSE COMO SOCIEDAD AUTÉNTICAMENTE
HUMANA.
LOS BIENES
PERSONALES SON SIEMPRE BIENES SOCIALES.
La
comunicabilidad de los bienes es una propiedad de los bienes. El carácter difusivo
de los mismos es el que les define como bienes. Cuando un bien no perfecciona y
fructifica, no es ese bien, sino una falsificación. Si la sociedad ignora y se
desatiende de la peculiaridad personal de esos bienes, surge el conflicto
individualista. Cualquier colisión es siempre INJUSTICIA. Y esta injusticia LA
HAN COMETIDO LOS INDIVIDUOS con más
frecuencia que la sociedad y esos mismos individuos han exagerado las posibles
soluciones. Veamos tantos casos desuprema corrupción en todo este tiempo que transcurre mientras se
escriben estas breves líneas, verano del 2.014.
Por ahora
vamos descansar un poquito de esta sociedad que no se lo cree lo que está
pasando, ha pasado y seguirá pasando, sucediendo, produciéndose, aconteciendo,
acaeciendo…Vean toda la prensa de la naciónseñalando todos los focos y tropelías, atropellos, abusos desafueros, y
por qué no, exceso y tiranía.